¡Ay, mi niña Caleta!
Mi amada querida, mimada, soñada, ¡mi niña chiquita!
En el talle prendida como alfiler a una falda, la serpiente marina que con ojos lascivos osara mirarla..., allí quedó atrapada bordeada de espuma para peinar la niña sus cabellos de plata...
Dejad vacía el alma...
Veréis como os baila, melosa y coqueta sabiéndose guapa...
Taconea extasiada envuelta de sales y rumor zalamero. Y se viste de sueños... azules y verdes le guardan la cara.
Soñad que sois de ella...
¡y su cante por alegrías os llenará el alma hasta rebosarla!
¡Mi niña Caleta!